domingo, 11 de diciembre de 2011

PREGÓN DE LA FIESTA MAYOR DE VERDIALES

El 28 de Diciembre, día de los Santos Inocentes, se celebra en Málaga la Fiesta Mayor de Verdiales. El año 2006 tuve el honor de dar el pregón que abre las puertas a dicho evento, y he querido dejar entre las páginas de este blog, lo que dije acerca de esta fiesta milenaria y auténtica como son los verdiales.




PREGÓN DE LA FIESTA MAYOR DE VERDIALES

PEÑA JUAN BREVA 15 DE DICIEMBRE DE 2006

CARMEN AGUIRRE




Buenas noches, quiero empezar agradeciendo a todos ustedes vuestra asistencia y, especialmente , al presidente de la Peña los Verdiales y al de la Peña Juan Breva que es quien ha hecho mi presentación.

Plagiando una copla de verdiales, quisiera decirle que:

"Me gusta D. José Luque
por como me ha presentao,
que lo ha hecho cortito y bueno
pero mu bien arreglao.

Es para mí un orgullo, a la vez que una gran responsabilidad, dar el pregón de la Fiesta Mayor de Verdiales, en este santa santorum del flamenco, como es la Peña Juan Breva, ya que anteriormente me precedieron relevantes personas que glosaron la Fiesta con la sapiencia propia y el conocimiento de la misma.

Lo que yo pretendo, esta noche, es compartir sentimientos por lo que es nuestro; y voy a hablaros desde el corazón, desde la tierra misma, desde nuestras raíces por la que corre la savia de los verdiales.

Estamos aquí reunidos,
gentes de amor y de paz,
en torno a los Verdiales,
la fiesta más ancestral,
la que parieron los montes
entre breñas y jaral.
Estos sones milenarios,
nacidos para bailar,
esta nuestra gran cultura
que nadie puede igualar.
Sus coplas, son los sentires
de la gente popular,
gente de sabiduría
porque la tierra la da.

* Al cantar por Verdiales
mi corazón se alborota...
Engarzo copla con copla,
y me sale la alegría
desde el alma hasta la boca.



















Hermosa tierra hechicera,
Málaga de monte y mar,
donde azulea la cal
y brillan más las estrellas.

Málaga, de malagueñas,
de pregones y cantares,
de pitas y de chumberas,
de viñas y de olivares,
de albahaca y yerbabuena.

Málaga, de limoneros,
de almendros y naranjales,
de retama y de romero,
de caracola y ramajes,
de bravos sones fiesteros:
¡Cuna de los Verdiales!

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Y en esta Peña Juan Breva,
de solera sin igual,
esta humilde pregonera
les ha venido a contar....
cosas que ustedes ya saben
sobre esta Fiesta sin par;
que se siente y que se quiere,
que al alma la hace vibrar:
y laten los corazones
a ritmo de Verdial.

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Diversos investigadores se han interesado por el estudio de los verdiales. Unos dicen que si proceden de la época de los fenicios, los tartesios, los romanos o los árabes; o bien, que ya estaban asentados en nuestros campos cuando Málaga nació como ciudad.


Mi querido amigo, Andrés Jiménez, gran enamorado y estudioso de la Fiesta, señala que: esta tradición es tan Ibera como la Península, y que todo el ritual de estas costumbres, gira en sus orígenes alrededor del dios Sol y la Madre Tierra.

* Al beso del padre sol
nacen nuestros verdiales;
son sencillos y juncales,
de los montes lo mejor
como puros manantiales.

De lo que no cabe duda es, de que el verdial fue y es de la gente del campo, de los partidos rurales de los montes de Málaga, porque aquí nació este fandango puro y bravío, de raíces ancestrales, que se ha ido transmitiendo de padres a hijos y que, según dice José Luque Navajas: debido a su copioso acompañamiento y a su mundo reducido, han evolucionado muy poco a través de su larga vida, conservando aún su naturaleza primitiva.


*¡Viva Jotrón y Lomilla,
Venta Larga y Tres Chaperas!,
¡que viva Casabermeja,
Jeva y Santa Catalina
que son tierras verdialeras!.

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Tierras de verdial, paisajes montaraces, cuna de tantos hombres y mujeres de corazón noble y espíritu tenaz, gente humilde y trabajadora que sintieron la llamada de nuestros cantes maternos, y nos dejaron su inmenso legado.

Fiesteros de la talla de Antonio Povea, Luis Gámez, los Calderones, Adolfo Romero, Enrique España, Isabel González, El Ruso, Malandingo, Palomo, Cinco Rales, el Luiso, el Porra o el Raicero, por nombrar a algunos de los grandes, que ya no están con nosotros.

Ellos…
Nos dejaron buena herencia,
¡lo más que se pueda dar!
todos los soles y lunas,
de la fiesta el palpitar,
sucesión de ríos y arroyos,
esencia territorial:
que de los hondos veneros
brota más claro el caudal
y la cultura del pueblo…
¡al pueblo viene a parar!














Y de esos grandes fiesteros
que están tocando en los Cielos,
a estos otros que en la tierra
nos hacen tocar el cielo.
Paco “Maroto”, “El Negocio"
José García el “Sardina”
y Juan Gómez “Majallana”,
“Tarará” y Pepe Molina,
Pedrito y Carlos Fernández
que tiene la voz bravía,
Sergio Cuesta “el Hombrecillo”,
el “Capitán y el “Padilla”
y Rafael de la Torre
y esas mujeres divinas
que ponen su voz y el baile,
y la fiesta se ilumina:
María e Isabel Fernández,
de Roalabota mellizas,
las tres hermanas del Coto,
María Bueno y Josefina…
y toda esa savia joven
que hasta la fiesta se arriman
y que ya tienen un hueco
dentro de la fiesta misma.



La fiesta, está rodeada de una serie de costumbres y ritos: las ermitas, los tontos, la caracola, las ánimas, los solsticios o los santos. Como todos sabéis, las pandas se reúnen en Navidad e Inocentes y en la noche de San Juan, dos fechas eminentemente católicas; pero en seguida caemos en la cuenta de que ambas coinciden con la celebración de los solsticios de invierno y verano, por lo que nos deja entrever la sospecha de su origen pagano.

* En Málaga por diciembre
florece la primavera...
cuaja el monte de colores
las pandas verdialeras
con sus sombreros de flores.

Porque los verdiales son una explosión de alegría y colorido, una comunión de instrumentos y voces, encaminados al lucimiento del baile que es el verdadero protagonista de la Fiesta.

Sol radiante en los metales,
abalorios y espejuelos,
arco iris, trascendentales,
en los lazos del sombrero.
Con cintas multicolores,
serpenteando en el viento,
va la vara del alcalde
marcando a cada uno el tiempo.
Que suene ya el violín
señalando la salía,
y que le siga el pandero
taconeando a porfía.
Prenda el ritmo las guitarras
siguiendo el mismo compás,
que repiquen los platillos
con su repiquetear
y que nos traiga el laúd
los suspiros de Ziryab.
¡Corte el aire la bandera
haciendo mil filigranas!
que el mocito que la lleva
me está enamorando el alma.
Salga la moza a bailar,
¡salga la madre y la abuela!,
resuenen las castañuelas,
que este tresillo sin par
va derramando canela.

Canela en rama, ¡gloria bendita por los cerros y lagares de nuestros montes de Málaga, a los que subíamos bebiéndonos el aire, cuajado de aromas y esencias verdialeras, al reclamo de la fiesta!, ¡a disfrutar de la fiesta!, ¡a vivir y sentir la fiesta en los caseríos o en esas reuniones puramente familiares, de los blancos cortijos que pueblan nuestros campos!

…. Y la rifa, y la broma, y la magia de nuestros sones, y el baile y la chanza, el ritmo y el compás, y una lucha de fiesta ¡y otra!, y entre medio el trago de vino o de aguardiente, y el choque, y el éxtasis y el delirio… y las coplas… esas coplas sencillas que encierran un mundo de vivencias entre sus letras. Se le canta a la tierra, a la naturaleza, al amor y al desengaño; se piropea con ellas a las mocitas, se ensalza a la fiesta y al compañerismo, e incluso están esas coplas de origen jocoso, ( tratadas con ese ingenio tan especial que tiene la gente campesina.)

*¡Saca dulces y aguardiente,
peladillas y avellanas!...
Mañana por la mañana
me van a doler los dientes,
pero eso… será mañana.

*Dicen que lo feo se pega,
aunque no es de asegurar…
pero por si acaso fuera:
¡echa un poquito p’allá
y arrímate a otro cualquiera!

*Bebí de su agüita clara
en la fuente la “Manía”,
porque allí bebió María,
que siendo fea y jorobada
le salió novio en tres días.

Y puestos a piropear, podemos decir las siguientes coplas:

*De tu madre has heredao
el garbo y la compostura,
de la nieve la blancura,
y el mismo cielo te ha dao
esa gracia y hermosura.

*Tú eres la más salerosa
pa pasear la ribera,
en medio las buenas mozas
tú te llevas la bandera
de bonita y de graciosa.

*Te voy hacé una biznaga
con estrellitas del cielo,
pa que se mueran de celos
los luceros y la luna
al ver la noche en tu pelo.

¿Y cómo no vamos a nombrar el vino en las coplas? Ese vino moscatel, néctar de dioses, tan ligado a la fiesta.

*Tierra de los verdiales
de buen cante y de buen vino,
que el divino sol que sale
va marcándole el camino
al néctar de sus lagares.

*Del naranjo el azahar,
de la mar los boquerones,
de los montes el verdial,
y pa alegrar corazones
t’os los vinos del lugar.

*Dulce como el moscatel
y rubia como el trigal,
es malagueña y juncal
la moza de mi querer
con la que me v’ia casar

*¡Vivan los montes de Málaga
y los sones verdialeros!
¡Vivan los montes de Málaga
de olivos y de paseros!,
y ese vinillo que alegra
desde el último al primero.

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*Estilo Montes o Comares,
o bien por el de Almogía…
Me gustan los verdiales
a toas las horas del día
y en toítos los lugares.

Lugares, de pura tradición verdialera, como las ermitas: de las Cruces, de Jeva o la del Partío de Verdiales, dedicada a la Virgen de los Dolores, patrona de los mismos; esa Virgencita guapa, que todos los fiesteros llevan en su corazón y en su bandera pa’ que no los desampare.

Lugares… emblemáticos, como fueron las ventas, testigos de tantas y tantas fiestas irrepetibles: Venta Alegre, Venta Nueva, Venta Galwey; o esa otra en Santón Pitar como es Venta Cárdena, en la cual se vuelve a celebrar el solsticio de verano al resplandor de las candelas, a la luz de la palabra y al son de los verdiales.

* En ese arranque de estrellas
que es los montes de Comares,
Noche Mayor Sanjuanera
para ahuyentar los pesares,
como el gran Rueda, lo hiciera.

¡Y qué decir de la Venta San Cayetano donde tenemos la cita el próximo día veintiocho! ¡Y esa mítica venta del Túnel!, cuyo ventero, nuestro recordado amigo Paco Tovar, siempre nos recibía con una sonrisa. Ese fue el punto de encuentro durante 25 años, en los cuales albergara nuestra Fiesta Mayor, y donde se juntaron por primera vez los tres estilos de verdiales.

Lugares… donde se cultiva la fiesta, como el “Pueblecillo”, Almáchar, Totalán o Benagalbón, ese hermoso rincón tan fiestero, unido a mí por lazos sentimentales, ( no en vano, mi nieta está bautizada en su iglesia de la Candelaria). Los escuchamos también aquí, en la ciudad, en el paseo del Parque, o los sábados en la Peña los Verdiales; y como esta noche, y durante los días pasados, en esta trigésimooctava Semana de Verdiales en nuestra Peña Juan Breva, que siempre ha tenido mucho que ver en lo tocante a la fiesta… y nunca mejor dicho lo de tocante.

A la vuelta de la esquina
ya está la Fiesta Mayor,
la cita en San Cayetano,
haga viento, lluvia o sol.

Allí nos encontraremos
alrededor de este son,
de nuestros sones fiesteros
que alegran el corazón.

Así, que dado el aviso
voy acabando el pregón,
estáis todos convocados
que es lo que se me pidió.

Las pandan ya están dispuestas:
¡suenen violín y pandero!,
guitarras y platilleros,
¡arriba con nuestra fiesta
que está sembrá de salero!

Y ya para despedirme
sólo quisiera decir:
que viva Málaga entera
del uno al otro confín.

Que vivan los verdiales
nuestros cantes primitivos
y esos soníos que salen
de los siglos de los siglos.

¡Que vivan los verdiales!

¡ARRIBA LA FIESTA!

lunes, 14 de noviembre de 2011

LA SOLEÁ


La Soleá puede ser considerada columna vertebral y pilar básico del flamenco.

Literariamente es una composición de cuatro o de tres versos octosílabos, cuya rima puede ser asonante o consonante (los pares en la estrofa de 4; los impares en la de 3). También existe la estrofa llamada soleariya, que está compuesta de un verso de tres o cinco sílabas, seguido de dos octosílabos.

A continuación reseño las tres diferentes estrofas de Soleares:

Anoche cuando te fuiste
¡malas puñalás te den!,
tú te llevaste contigo
la raíz de mi queré.

¡Que no se vaya a quebrá!
Qu’entre el cuerdo y entre el loco
pende un hilito de ná.

Dame la mano,
que yo te quiero, flamenco,
igualito que a mi hermano.

Hay muchas hipótesis sobre los orígenes de la Soleá, pero lo único cierto que sabemos es que se trata de un cante gitano por su origen, por su estilo y por sus maestros. Se habla de la Andonda como la primera voz conocida que cantó por soleares, de lo que deducimos que el más viejo enclave fue Triana, barrio donde vivió esta solearera.

Más que otros cantes, la Soleá, se aposentó en diversas localidades; así podemos hablar de la Soleá de Córdoba o de la de Cádiz o Jerez (aunque más bien se tratan de creaciones personales). Córdoba canta de modo propio las soleares de Ramón el Ollero de Triana; en Jerez las de José Yllanda y Curro Frijones; y en Cádiz las de Paquirri y la de los Mellizos, padre e hijo. Hablando en ley, las variedades locales se reducen a tres: las de Alcalá, Utrera y Triana; siendo las de Alcalá las más numerosas y las que abarcan toda la gama, aunque en el orden histórico ninguna localidad puede competir con Triana, donde, como dije anteriormente, ya se cantaban a mediados de siglo XIX por la Andonda.

Que de Alcalá o de Triana:
canto yo por soleá
cuando se me viene en gana.

Según Ricardo Molina y A. Mairena en Mundo y formas del Cante Flamenco, suelen calificarse Soleares de Utrera las creaciones personales de Merced la Serneta y Juaniquí de Lebrija.

Una de las más grandes cantaoras de soleares ha sido, sin lugar a dudas, Fernanda Jiménez Peña ( Utrera 1923- 2006), que dicen que recogió de la Serneta la herencia de la Soleá. Todos los que hemos tenido la gloria de escucharla, sabemos de su pelea para sacar el cante, de cómo arriesgaba en los tercios y la forma de poner el corazón para llevarnos a la cima del escalofrío.

A UNA GRAN SOLEARERA

( DEDICADO A FERNANDA DE UTRERA)

Con su estirpe gitana, con su pena,
y esa voz afillá de bronce ardiente.
Librando una batalla tan doliente,
que puja por salir de esa condena.

¡Qué helor de muerte corre por la vena,
le descompone el alma en un instante!
Quebrándose en un quite delirante
ante un toro de difícil faena.

Arriesgando desesperadamente,
pelea cada tercio de manera:
que rebusca, pellizca, ¡raja el cante!

Esta sin par y gran solearera
con arte y sentimiento desbordante,
que se llamó: ¡Fernanda la de Utrera!

© Carmen Aguirre

Publicado en 2010 en la Revista
VERSOS conVERSOS y prosas

viernes, 21 de octubre de 2011

SEGUIRIYAS



A LA SEGUIRIYA

Guitarras cuajan lamentos…
¡cinco de la madruga!.
Dolor, tristeza, agonía:
el alma de luto está.

Lleva el aire Seguiriyas...
¡angustias de oscuridad!,
¡grito que quiebra gargantas
desgranando soledad!

El silencio… es más silencio,
¡la noche penando va!.
Ya sólo quedan los ecos…
Y el aire…
¡y el aire gime un cantar!

© Carmen Aguirre

jueves, 15 de septiembre de 2011

¡¡SOLEÁ!!



¡¡SOLEÁ!!

¡Soleá!
crisol de dicha y pesares
fundíos en la garganta
al conjuro de puñales.

Soleá de soleares
¡¡Soleá!!

Corazón que se desangra,
y al mismo centro se agarra
y no puedes razonar.

Soleá de soleares...
¡¡Soleá!!

Tan difícil de lidiar,
toro de la mejor casta
que no se deja engañar.

Soleá de soleares...
¡¡Soleá!!

Derroche de sentimiento,
fusión de cielo y lamento.
Del infierno a los altares
me llevan las soleares...

¡¡Soleá!!

© Carmen Aguirre